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quarta-feira, 19 de março de 2008

Corisco

Intervalos

Acrescem de ‘Saudades’

Um tempero apimentado

(Inerente ao faz-se amado)

São lacunas por onde vertem

As águas de Melissas, de Macelas

De gente como eu e tu

As vertentes da vida

Também elas importam

Mais que a justaposição:

As vertentes se dão

São a justa posição

(justa como apontas tu)

Dos eventos cardinais

Extra-ordinários e movidos de caos.

Espalhados somos nós

Cada um é a própria vida

Entremeada de ampulhetas mil

A marcar compasso do gasto nosso

Tão desparelho e sem rima.

Teus sonhos, Corisco,

Dá-lhes corda e corpo

Dá-lhes ritmo e coração:

Que ocupem todo o espaço

Que a eles seja preciso!

Corisco

Intervalos

Acrescem de ‘Saudades’

Um tempero apimentado

(Inerente ao faz-se amado)

São lacunas por onde vertem

As águas de Melissas, de Macelas

De gente como eu e tu

As vertentes da vida

Também elas importam

Mais que a justaposição:

As vertentes se dão

São a justa posição

(justa como apontas tu)

Dos eventos cardinais

Extra-ordinários e movidos de caos.

Espalhados somos nós

Cada um é a própria vida

Entremeada de ampulhetas mil

A marcar compasso do gasto nosso

Tão desparelho e sem rima.

Teus sonhos, Corisco,

Dá-lhes corda e corpo

Dá-lhes ritmo e coração:

Que ocupem todo o espaço

Que a eles seja preciso!

quarta-feira, 12 de março de 2008

Oración a mi mismo

Recebi isso de uma amiga - o texto contíguo a imagens de um fotógrafo (Gregory Colbert). Apaxonei-me por ambos. Eis as razões de meu afeto...


Que yo me permita mirar, escuchar, y soñar más.
Hablar menos. Llorar menos. Ver en los ojos de quienes me miran, la admiración que me tienen… y no la envidia que prepotentemente pienso que sienten.

Escuchar con mis oidos atentos y mi boca estática, las palabras que se hacen gestos y los gestos que se hacen palabras.

Permitir siempre escuchar aquello que yo no tengo permitido escuchar.

Saber realizar los sueños que nacen en mi y por mi, y conmigo mueren, por yo no saber que son sueños.

Entonces, que yo pueda vivir los sueños posibles y los imposibles; aquellos que mueren y resucitan a cada nuevo fruto, a cada nueva flor, a cada nuevo calor, a cada nuevo rocío, a cada nuevo día.

Que yo pueda soñar el aire, soñar el mar, soñar el amar.

Que yo me permita el silencio de las formas, de los movimientos, de lo imposible, de la imensidad de toda profundidad.

Que yo pueda substituir mis palabras por el toque, por el sentir, por el comprender, por el secreto de las cosas mas raras, por la oración mental (aquella que el alma cria y que sólo ella escucha, y sólo ella responde).

Que yo sepa dimensionar el calor, experimentar la forma, vislumbrar las curvas, diseñar las rectas, y aprender el sabor de la exuberancia que se muestra en las pequeñas manifestaciones de la vida.

Que yo sepa reproducir en el alma, la imagen que entra por mis ojos haciéndome parte suprema de la naturaleza, creándome y recreándome a cada instante.

Que yo pueda llorar menos de tristeza y más de alegrías.

Que mi llanto no sea en vano, que en vano no sean mis dudas.

Que yo sepa perder mis caminos, pero que sepa recuperar mis destinos con dignidad.
Que yo no tenga miedo de nada, principalmente de mi mismo:
Que yo no tenga miedo de mis miedos!

Que me quede dormido cada vez que vaya a derramar lágrimas inútiles, y despierte con el corazón lleno de esperanzas.

Que yo haga de mi, un hombre sereno dentro de mi propia turbulencia.
Sabio dentro de mis límites pequeños e inexactos.
Humilde delante de mis grandezas gafas e ingenuas (que yo me dé cuenta cuan pequeñas son mis grandezas, y cuan valiosa
es mi pequeñez).

Que yo me permita ser madre, ser padre, y, si fuere necesario, ser huérfano.

Permítame yo enseñar lo poco que sé y aprender lo mucho que no sé, traducir lo que los maestros enseñaron y comprender la alegría con que los simples
traducen sus experiencias; respetar incondicionalmente el ser; el ser por si solo, por más nada que pueda tener más allá de su esencia.

Auxiliar la soledad de quien llegó, rendirme al motivo de quien partió, y aceptar la alegría de quien quedó.

Que yo pueda amar y ser amado. Que yo pueda amar aún sin ser amado.
Hacer gentilezas cuando recibo cariños; hacer cariños aunque no reciba gentilezas.
Que yo jamás quede solo, aún cuando yo me quiera solo. Amen

Oswaldo Antônio Begiato

Oración a mi mismo

Recebi isso de uma amiga - o texto contíguo a imagens de um fotógrafo (Gregory Colbert). Apaxonei-me por ambos. Eis as razões de meu afeto...


Que yo me permita mirar, escuchar, y soñar más.
Hablar menos. Llorar menos. Ver en los ojos de quienes me miran, la admiración que me tienen… y no la envidia que prepotentemente pienso que sienten.

Escuchar con mis oidos atentos y mi boca estática, las palabras que se hacen gestos y los gestos que se hacen palabras.

Permitir siempre escuchar aquello que yo no tengo permitido escuchar.

Saber realizar los sueños que nacen en mi y por mi, y conmigo mueren, por yo no saber que son sueños.

Entonces, que yo pueda vivir los sueños posibles y los imposibles; aquellos que mueren y resucitan a cada nuevo fruto, a cada nueva flor, a cada nuevo calor, a cada nuevo rocío, a cada nuevo día.

Que yo pueda soñar el aire, soñar el mar, soñar el amar.

Que yo me permita el silencio de las formas, de los movimientos, de lo imposible, de la imensidad de toda profundidad.

Que yo pueda substituir mis palabras por el toque, por el sentir, por el comprender, por el secreto de las cosas mas raras, por la oración mental (aquella que el alma cria y que sólo ella escucha, y sólo ella responde).

Que yo sepa dimensionar el calor, experimentar la forma, vislumbrar las curvas, diseñar las rectas, y aprender el sabor de la exuberancia que se muestra en las pequeñas manifestaciones de la vida.

Que yo sepa reproducir en el alma, la imagen que entra por mis ojos haciéndome parte suprema de la naturaleza, creándome y recreándome a cada instante.

Que yo pueda llorar menos de tristeza y más de alegrías.

Que mi llanto no sea en vano, que en vano no sean mis dudas.

Que yo sepa perder mis caminos, pero que sepa recuperar mis destinos con dignidad.
Que yo no tenga miedo de nada, principalmente de mi mismo:
Que yo no tenga miedo de mis miedos!

Que me quede dormido cada vez que vaya a derramar lágrimas inútiles, y despierte con el corazón lleno de esperanzas.

Que yo haga de mi, un hombre sereno dentro de mi propia turbulencia.
Sabio dentro de mis límites pequeños e inexactos.
Humilde delante de mis grandezas gafas e ingenuas (que yo me dé cuenta cuan pequeñas son mis grandezas, y cuan valiosa
es mi pequeñez).

Que yo me permita ser madre, ser padre, y, si fuere necesario, ser huérfano.

Permítame yo enseñar lo poco que sé y aprender lo mucho que no sé, traducir lo que los maestros enseñaron y comprender la alegría con que los simples
traducen sus experiencias; respetar incondicionalmente el ser; el ser por si solo, por más nada que pueda tener más allá de su esencia.

Auxiliar la soledad de quien llegó, rendirme al motivo de quien partió, y aceptar la alegría de quien quedó.

Que yo pueda amar y ser amado. Que yo pueda amar aún sin ser amado.
Hacer gentilezas cuando recibo cariños; hacer cariños aunque no reciba gentilezas.
Que yo jamás quede solo, aún cuando yo me quiera solo. Amen

Oswaldo Antônio Begiato

Ceniza a Nieve

Gregory Colbert

Gregory Colbert

sexta-feira, 7 de março de 2008

Quase Nada



Achei mais uma música perdida! Essa data de 2001, foi encontrada nas escavações para backup do velho computador. A música está na seção de Músicas da Gaveta [clique aqui para ver] e a poesia vai aqui:

Olha só já sei voar
Olha pra mim no ar

gravidade
olha o vento pendular
pendular, pendular
Me dá a mão,
vamos voar na madrugada

longe do chão
que de perto é quase nada

quase nada

Olha meus passos no céu
somos folha em carrossel
Liberdade
deixa o vento ondular
ondular, ondular


vendaval nessa miséria
nessa rotina tão séria
vento forte clandestino

me dá a mão
vamos voar na madrugada

longe do chão
que de perto é quase nada


me dá a mão
vamos voar na eternidade

longe do chão
que de perto é quase
nada
quase nada


Quase Nada



Achei mais uma música perdida! Essa data de 2001, foi encontrada nas escavações para backup do velho computador. A música está na seção de Músicas da Gaveta [clique aqui para ver] e a poesia vai aqui:

Olha só já sei voar
Olha pra mim no ar

gravidade
olha o vento pendular
pendular, pendular
Me dá a mão,
vamos voar na madrugada

longe do chão
que de perto é quase nada

quase nada

Olha meus passos no céu
somos folha em carrossel
Liberdade
deixa o vento ondular
ondular, ondular


vendaval nessa miséria
nessa rotina tão séria
vento forte clandestino

me dá a mão
vamos voar na madrugada

longe do chão
que de perto é quase nada


me dá a mão
vamos voar na eternidade

longe do chão
que de perto é quase
nada
quase nada


segunda-feira, 3 de março de 2008

Eu Amo Taíba


Betinho Rosa - No Morro do Chapéu
Foto: Fábio Arruda


Tenho um adesivo no carro que diz: "Eu 'coração' Taíba".
Taíba é uma praia que fica perto de Fortaleza.
Quando fui conhecer essa capital, logo na chegada, avistei um casal com pranchas. Fui logo pergutando onde tinha lugar pra surfar:
- Taíba! - responderam.
OK, Taíba, então seria.
Fomos de ônibus, eu e a pranchinha (minha navezinha de bodyboard).
No ônibus estavam meus dois futuros companheiros de surf com um volão - instantâneo: amizade.
Ajudei os meninos com as coisas de acampamento, eles iam passar a noite, eu estava de passagem para o dia.
Rumamos para o Morro do Chapéu:
- Fundo de pedra - alertaram.
Eu nem sabia o que isso queria dizer... 'Fundo de pedra' queria dizer que não era de areia o fundo do mar. As ondas eram grandes. Eram as maiores que eu já tinha visto. Eles foram entrando, eu fui logo atrás. Entrei na água, respirei fundo, fui nadando. E eles iam indo e eu nadando, indo também. Pois furei a rebentação junto com eles. Respirei aliviada, não fiz vexame, essas coisas que eu, principiante, pensei na hora.
Aí vieram as séries. Todas lindas, maravilhosas, as ondas enoooormes. E eu pensava:
- socooooorro, são enooooormes!
E nadava forte para furar, joelho na prancha pra passar por baixo. Ainda achava que estava fazendo vergonha para mim mesma, quando notei que os meninos também estavam furando as ondas:
- Hum, talvez sejam grandes pra todo mundo, não só pra mim.
Pensei, em redenção.
No final da bateria da tarde, saí do mar tendo descido três ondas. Tá ok, pensei. Os meninos saíram da água felicíssimos, congratulando e tudo:
- Aí, hein, valeu!
Depois discorreram um pouco sobre a admiração que sentiam por mim: menina, sozinha, querendo surfar - disseram.
Acabei voltando no outro dia, acampei com os meninos.
Explicaram que era meu batismo - que batismo no surf é quando a gente encara um marzão assim de verdade.
Taíba ficou em mim. O lugar. O adesivo é para que eu me lembre de não duvidar de mim e de meus pontos de vista; de fazer o melhor e de enfrentar as coisas como eu vejo - se são grandes pra mim, são grandes e ponto. Sei lá se outros acham grande ou pequeno... É para que eu me lembre de nadar forte quando eu acho que tenho que nadar - no mar, como na vida, não dá tempo de se basear em outros - a experiência é de cada um, para seu próprio corpo, para a força de sua braçada - cada um consigo e com o mar.
Às vezes saímos elogiados. Às vezes, não. Tudo bem... Basta levar-se adiante usando tudo o que temos, tudo se faz necessário uma hora dessas (não dá pra abrir mão de nada!) - também a vida é um mar com fundo de pedra.

Eu Amo Taíba


Betinho Rosa - No Morro do Chapéu
Foto: Fábio Arruda


Tenho um adesivo no carro que diz: "Eu 'coração' Taíba".
Taíba é uma praia que fica perto de Fortaleza.
Quando fui conhecer essa capital, logo na chegada, avistei um casal com pranchas. Fui logo pergutando onde tinha lugar pra surfar:
- Taíba! - responderam.
OK, Taíba, então seria.
Fomos de ônibus, eu e a pranchinha (minha navezinha de bodyboard).
No ônibus estavam meus dois futuros companheiros de surf com um volão - instantâneo: amizade.
Ajudei os meninos com as coisas de acampamento, eles iam passar a noite, eu estava de passagem para o dia.
Rumamos para o Morro do Chapéu:
- Fundo de pedra - alertaram.
Eu nem sabia o que isso queria dizer... 'Fundo de pedra' queria dizer que não era de areia o fundo do mar. As ondas eram grandes. Eram as maiores que eu já tinha visto. Eles foram entrando, eu fui logo atrás. Entrei na água, respirei fundo, fui nadando. E eles iam indo e eu nadando, indo também. Pois furei a rebentação junto com eles. Respirei aliviada, não fiz vexame, essas coisas que eu, principiante, pensei na hora.
Aí vieram as séries. Todas lindas, maravilhosas, as ondas enoooormes. E eu pensava:
- socooooorro, são enooooormes!
E nadava forte para furar, joelho na prancha pra passar por baixo. Ainda achava que estava fazendo vergonha para mim mesma, quando notei que os meninos também estavam furando as ondas:
- Hum, talvez sejam grandes pra todo mundo, não só pra mim.
Pensei, em redenção.
No final da bateria da tarde, saí do mar tendo descido três ondas. Tá ok, pensei. Os meninos saíram da água felicíssimos, congratulando e tudo:
- Aí, hein, valeu!
Depois discorreram um pouco sobre a admiração que sentiam por mim: menina, sozinha, querendo surfar - disseram.
Acabei voltando no outro dia, acampei com os meninos.
Explicaram que era meu batismo - que batismo no surf é quando a gente encara um marzão assim de verdade.
Taíba ficou em mim. O lugar. O adesivo é para que eu me lembre de não duvidar de mim e de meus pontos de vista; de fazer o melhor e de enfrentar as coisas como eu vejo - se são grandes pra mim, são grandes e ponto. Sei lá se outros acham grande ou pequeno... É para que eu me lembre de nadar forte quando eu acho que tenho que nadar - no mar, como na vida, não dá tempo de se basear em outros - a experiência é de cada um, para seu próprio corpo, para a força de sua braçada - cada um consigo e com o mar.
Às vezes saímos elogiados. Às vezes, não. Tudo bem... Basta levar-se adiante usando tudo o que temos, tudo se faz necessário uma hora dessas (não dá pra abrir mão de nada!) - também a vida é um mar com fundo de pedra.